A sus 94 años, Márquez «El Zapatero» deja un legado imborrable marcado por su pasión y dedicación al arte flamenco
El flamenco está de luto tras la muerte de Manuel Márquez Barrera, conocido como Márquez «El Zapatero», quien falleció el 9 de marzo de 2025 a los 94 años. Este legendario cantaor, nacido el 4 de agosto de 1930 en Villanueva del Ariscal, dejó una huella imborrable en la historia del flamenco gracias a su estilo auténtico, su pasión incansable y su compromiso con la tradición.
Una pasión que nació en la infancia
Márquez conectó con el flamenco desde su niñez. Inspirado por los discos de pizarra que reproducían las voces de grandes figuras como la Niña de los Peines, Tomás Pavón y Manuel Vallejo, desarrolló un profundo amor por este género musical, que se convirtió en el centro de su vida. Aunque comenzó cantando en celebraciones familiares y reuniones privadas, alcanzó gran reconocimiento por mantener viva la esencia del flamenco y convertirse en una figura respetada dentro de la comunidad.
El oficio que definió su vida
Durante el servicio militar en Tablada, Márquez trabajó como zapatero, una habilidad que marcaría su futuro. Tras dedicarse al oficio con esfuerzo y dedicación, abrió una zapatería en la calle Pureza, en Sevilla. Ese pequeño local en Triana no solo se convirtió en su fuente de ingresos, sino también en un punto de encuentro para artistas y aficionados al flamenco. Entre sus habituales se encontraban figuras como El Sordillo de Triana, su gran amigo y referente, así como el Niño Segundo y Domingo el Alfarero.
Decano de los cantaores flamencos
La comunidad flamenca reconoció a Márquez «El Zapatero» como el decano de los cantaores flamencos, gracias a su extensa trayectoria y su entrega absoluta al cante. Con un arte profundamente arraigado en la tradición y una expresividad única, transmitió las emociones más puras del flamenco, logrando conectar con generaciones de oyentes y preservando una herencia cultural invaluable.
Hoy, la comunidad flamenca honra su memoria y celebra su legado. Márquez «El Zapatero» dejó una huella imborrable en la historia del flamenco, y aunque su partida representa una pérdida irremplazable, su legado perdurará como testimonio de su vida extraordinaria.